La primera sorpresa nos la llevamos al día siguiente de aterrizar, a la hora de desayunar. Nos paramos en una cafetería cercana al Hilton y tomamos unos cafés y algo de bollería por unos 16$. A la hora de pagar llamamos al camarero, pedimos la cuenta y pagamos 20$. Sabíamos que allí siempre se deja propina, pero tampoco exactamente qué cifra era la correcta así que estábamos decidiendo lo que íbamos a dejar. Pero pasaron 2 minutos, 5 minutos, 8 minutos, 10... tenía toda la pinta de que nadie iba a traernos la vuelta. Es cierto que podíamos haberla pedido porque quizás se hubiesen olvidado, pero también es verdad que habíamos estado lanzando algunas miradas a los camareros así que se podrían haber dado por aludidos en el caso de que se hubiesen olvidado. Así que ante el miedo de quedar en ridículo nos levantamos y nos marchamos. A partir de ese momento establecimos como objetivo principal el enterarnos qué pasaba en ese país con las propinas.
La cuestión es que lo que está estipulado en la Gran Manzana como una propina normal es un 15%. Un 10% se dejaría en caso de un mal servicio y un 20% en el caso de que el servicio fuera muy de tu agrado. Posteriormente nos dimos cuenta de que estos porcentajes eran adecuados para NY y las grandes ciudades, pero nosotros conscientemente estuvimos dejando esa media del 12-18% durante todo el viaje, esto provocó grandes alegrías en los camareros de determinados sitios como en la pequeña población texana de Bandera.
El hecho de que directamente no nos devolviesen las vueltas nos pasó un par de veces más en algún restaurante y en algún taxi, solo en las grandes ciudades. En estos casos lo que hay que decir es la cantidad que quieras que te devuelvan. Es decir, si un taxi cuesta 11,30$ y le das 20, le pides 5 de vuelta y el resto queda de propina.
Otras posibilidad, aunque tampoco es muy común, es que la propina esté incluida en la cuenta, con lo que es recomendable mirar siempre por si la estás pagando dos veces. En estas ocasiones, siempre en restaurantes, se movió en torno al 12%, con la única excepción de un 22% que nos cobraron en una cena en Times Square (NY).
Las propinas forman parte del día a día en los USA, en los restaurantes, en el taxi, con los guías, en los hoteles, en las peluquerías... Excepto, en restaurantes de comida rápida en los que simplemente suele haber urnas en las que la gente echa unos pocos céntimos de vez en cuando o en las compras en otras superficies comerciales. Digamos que se ciñe al mundo de los servicios.
Desde luego para nosotros es un cambio de chip, hay que mentalizarse de que allí las propinas son necesarias. Nadie va a reclamarte una propina no dada pero sí que tendrás que aguantar malas caras y comentarios entre dientes de los camareros (visto por nuestros ojos varias veces sobre todo con gente joven que pasaban de dejar la propina, y cuando lo hacían te dabas cuenta).
En fin, unos estarán a favor y otros en contra de las propinas pero lo que sí es verdad es que toda esa gente depende de ellas, allí tienen unos sueldos fijos bajos que se van completando con las propinas, con lo que se supone que alguien que haga bien su trabajo va a cobrar más que alguien que no lo haga. ¿Tendrá todo esto que ver con la gran amabilidad y atención de los camareros en los USA?. Sin duda.
