lunes, 27 de julio de 2009

Día 20, domingo 26 de julio: NASA, are you kidding me? (¿"tás" de coña?)


Señores del Space Center de Houston, ¿realmente se piensan que me voy a tragar que esto es un casco de astronauta y no el orinal de su cuarto de baño?

Houston, Texas. 23:40 h. 4.610 millas recorridas (7.420 km)

Tampoco voy a decir que haya sido una decepción que no vayamos a superar nunca, pero sí que nos ha chafado un poco nuestra visita de hoy al Centro espacial Lyndon B. Johson de la NASA. Quizás nos esperábamos demasiado, sobre todo después de visitar el Smithsonian del Aire y el Espacio de Washington. Pero empecemos por el principio...

Hoy hemos intentado madrugar un poco más con la intención de librarnos en la carretera de las horas de mayor calor y, de paso, aprovechar un poco más el día. A las 9 ya estábamos en la interestatal y a la 1 llegábamos a Houston, con el tiempo justo para hablar un poco con la familia, darse una ducha de agua fría para superar los 39ºC de hoy y arrancar pitando a la NASA.

La visita realmente es al Space Center, desde allí te llevan en el típico bus abierto al Centro Johson. Las entradas costaron unos 25$ con audioguía incluida. Para aquellos que puedan estar interesados, que sepáis que reservando con antelación existe la posibilidad de concertar una visita especial por unos 90$, pero creo que no es posible el fin de semana. Habría que saber si ese desembolso merecería la pena, porque...

La primera decepción ya fue nada más entrar. Por lo que nos habíamos estado informando, sabíamos que además de visitar el centro de la NASA, en el Space Center podíamos ver exposiciones y experimentar cosas que solo experimentan los astronautas gracias a diferentes simuladores y demás. Al entrar lo que te encuentras es con una especie de sala de juegos recreativos infantiles, incluida una tirolina de Indiana Jones. ¿Indiana Jones en la NASA?. Sí, señoras y señores, han leído bien, Indiana Jones en la NASA. Sobre el resto, creo que podemos encontrar juegos muy parecidos en salas de España, como simuladores de vuelo o la típica máquina de experiencia virtual en la que te ponen un vídeo y se te mueven los asientos. Por cierto, que las únicas que podían no parecer una actividad infantil suponían 4$ a mayores por cabeza y por actividad. En resumen, que no pagamos más por algo que podríamos hacer en las fiestas de cualquier pueblo de Galicia de este verano y tampoco entramos en la gigante piscina de bolas de colores. Fascinante!!

Descartada la posibilidad de vivir experiencias inolvidables nos centramos en lo realmente importante, ver lo que habíamos ido a ver, las exposiciones y la NASA.

En cuanto a las exposiciones... no es que estén mal, con la audioguía resultan bastante ilustrativas, pero son muy pequeñas, mínimas, acabamos de verlo todo en menos de 1 hora. Nosotros pensábamos que el Smithsonian de Washington era el entrante para abrir boca de cara al plato fuerte de la NASA, pero ha sido justamente al revés, esta visita no se puede comparar con el museo de la capital americana ni en cantidad de contenidos ni el interés de los mismos. De hecho, las cosas mínimamente interesantes en este centro están donadas por el Smithsonian.

Total, que dijimos, "tranquilos todos, que con la visita a las instalaciones del Centro lo vamos a flipar". Nos dirigimos hacia la salida para tomar el vehículo que nos llevaría hasta allí, en ese momento, descubrimos que había 2 tours, ambos tenían en común una visita a la nave en la que se encuentra el famoso cohete Saturn V, y luego había que decidir: o centro de entrenamiento de astronautas o centro de control de la NASA. "Perfecto", eran las dos cosas principales que queríamos ver y solo podíamos ir a una, porque no había tiempo antes de que cerrasen las instalaciones para ver las dos. Decidimos finalmente ir al tour que incluía las instalaciones de entrenamiento, aunque creo que Lucía prefería el centro de control. Nunca sabremos si fue la decisión correcta, creo que hubiese dado igual. Después de una hora enterita de espera, conseguimos subirnos al "trenecito las narices" (como he tenido el gusto de bautizarlo). Después de un paseo de un par de minutos por las carreteras del Centro, viendo edificios que eran de la NASA, pero que bien podían ser de IBM o de Patatas Maruja, porque no había absolutamente nada significativo en ellos, nos llevaron al edificio de entrenamiento de astronautas. Esta visita duró no más de 5 minutos. Entramos por una de las esquinas y salimos por la otra, el tiempo que tardamos en recorrer el pasillo de cristal que cruzaba el edificio a lo largo fue lo que duró la visita. Casi ninguna explicación de lo que estábamos viendo.

Al salir, nos subieron al "trenecito las narices" para abandonarnos a nuestra suerte en la nave en la que guardan un cohete Saturn V, separado en cada una de sus 3 fases. Allí directamente ningún tipo de explicación, te bajabas, lo veías en el tiempo que estimases oportuno y te ibas a la parada para coger el primer "trenecito las narices" que pasase. Realmente fue lo mejor de la visita, porque impresiona más que nada por su tamaño.

Cuando llegamos de nuevo al Space Center eran las 18:50, a tan solo 10 minutos del cierre. Pensamos en probar alguna de las atracciones infantiles para por lo menos echarnos unas risas pero... "Sorry sir, is closed". Pero eso sí, la tienda de regalos cerró a las 19:00 clavadas, no 10 minutos antes.

Señores del Space Center de Houston y/o de la NASA: ¿cómo es posible que lo mejor que he sacado de la visita a sus instalaciones sea el vaso con forma de extraterrestre verde que me dieron con la coca-cola?

En fin. Que tras esto y dado que eran las 7 de la tarde, decidimos dar una vuelta por la ciudad. Antes fuimos hasta un parque en la bahía, era un sitio tranquilo a pesar de los carteles de advertencia de que tuvieses cuidado con las serpientes y los caimanes. Estuvimos un poco, tomamos aire fresco, sacamos un par de fotos, y nos dirigimos al Downtown de Houston. Para no quedarse atrás en comparación con la mayoría de ciudades que hemos visitado, la bienvenida que te da la ciudad con esa silueta de edificios es impresionante. Houston tiene unos cuantos buenos rascacielos y algún que otro edificio bastante original.

Para acabar, encontramos el restaurante Olive Field. Tenía aire mediterráneo y probamos suerte. Al fin pudimos comer pescado. Y volvernos con tiempo para escribir estas letras.

Houston, ahora sí que tenemos un problema, en concreto con su centro de visitantes.

Vídeos:


3 comentarios:

  1. Bueno, pues que pena lo de la visita al Space Center. Aunque ver ese Saturn V en directo tiene que ser la ostia. Por cierto, que asqueroso el vaso ese que parece que le estás sorbiendo a un alien los jugos vitales jaja.

    En cuanto a que si lo que te has puesto es un casco de astronauta (por cierto, que NEGRO estás), yo diría que sí. Sólo que es un casco de astronauta de los primeros años 60. Busca "Ed White" en google y verás que el astronauta que dio el primer paseo espacial de los EEUU, llevaba un casco similar; aunque no creo que esa satisfación te quite el mal sabor de boca jeje.

    Lo de Indiana Jones no me lo explico, a no ser que tenga algo de relación con que la última fuera sobre extraterrestres... Si ya es bizarro lo de R2 y C3PO y la bebida con forma de alien, lo de Indy ya es la polla.

    Que grande Texas, parece sacada de una peli, con la Miss gordita cantando y las otras detrás con sus bandas haciendo de coro-florero. Por cierto, menudo ostión se da el cowboy, menos mal que ahora van con cascos de fútbol americano porque si llega a ir de sombrero, ahora estaría en Ranch Heaven. Y hablando de sombreros. Cuando dijiste que te lo ibas a comprar en Texas, pensé ¿Y dónde coño lo van a guardar? Ya creía que lo ibas a llevar encima del casco como cuando Homer va a una reunión del insituto vestido de astronauta con un sombrero vaquero y un colgate con el símbolo del dólar... Pero veo que el sentido común triunfó, pese a las altas temperaturas. Una lástima en todo caso, porque sería un bonito recuerdo.

    Un abrazo y un beso, ironbutts.

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  2. El Saturn es impresionante, más que nada porque ves realmente el tamaño que tiene. El vaso es una maravilla, sobre todo el regustillo a plástico que deja en la bebida.

    El casco, efectivamente era una reproducción del que usaban los primeros astronautas, pero de verdad que si ves como estaba, sobre todo por dentro, no te lo pones. Lo que pasa es que yo quería hacerme la foto y como ya se me cae el pelo de natural, dije "aunque me lo ponga, más no se me va a caer". Podían arreglarlo un poco.

    Texas creo que reúne todas las ideas preconcebidas que tenemos por las películas, quizás no en las ciudades grandes, pero sí que lo pudimos comprobar por ejemplo en las Stockyards de Fort Worth. Lo del vaquero que se sentó a nuestro lado en el rodeo, de verdad que era para verlo. Y, sí, una pena lo del sombrero, el look Homer era una de las posibilidades planteadas, de hecho por aquí hay una "raza" de moteros que llevan un cepillo de escoba pegado en el casco a modo de cresta, como los cascos romanos, así que porqué no iba a llevar yo un sombrero vaquero encima del casco?, lamentablemente no hemos encontrado la manera de sujetarlo.

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  3. ¡Anda la ostia!-Vascuence dixit. Pues sí que tenemos un problema con Houston. ¡Vaya chasco!. Yo creia que los hijos del tio Sam cuidaban un poco más la imagen de sus logros espaciales/científicos ¿O será que los cuidan demasiado y no quieren enseñar nada?. No me extrañaría que fuera este el motivo de esa visita tan cutre.
    De estos días pasados me quedo con los cowboys con su look (¡Espuelas incluidas!) luciendolo por ese pueblo en el que esperas que se asome por algun sitio John Wayne y con esa foto del rodeo con himno, bellezas locales, jinete con bandera en ristre....¡Que pasada!.
    Bueno, vosotros a lo vuestro....que los dias corren....y queda mucho camino.
    Besos "Ironbutt".

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