martes, 4 de agosto de 2009

Día 28, lunes 3 de agosto: de dormir en un tipi al ¿glamour? de Hollywood


Wigwam Motel


Los Ángeles, California. 23:31 h. 7.090 millas recorridas (11.410km)


Éste era el misterioso alojamiento de esta pasada noche, el Wigwam Motel en la parte final de la Ruta 66, concretamente en San Bernardino, a tan solo 80 km de Los Ángeles. Es un motel clásico de la Ruta. Le hace falta una mano de pintura a las habitaciones y un poco más de limpieza, pero nos hacía gracia dormir en un tipi. Por cierto, quien haya visto la película de animación Cars, se dará cuenta del guiño que les hacían, ya que en la película aparecía un hotel similar con la diferencia de que en vez de tipis las habitaciones tenían forma de conos. La caseta de recepción es un pequeño museo con recuerdos de la Ruta y, como no, con carteles de Cars.


Como os vengo comentando, hemos retomado de nuevo la Histórica Ruta 66 para recorrer sus últimas millas con destino final Los Ángeles. Nos hemos encontrado con pueblos como Rialto o Fontana, con el mismo ambiente que la mayoría de los pueblos que forman parte de la Ruta, sean del estado que sean. Las diferencias más notables en California, estos pueblos tienen muchas más palmeras, y más carteles en castellano que en inglés.


Nuestra intención era visitar, hasta primera hora de la tarde, las principales playas de la zona, y de paso, buscar la nueva Pamela de Santa Mónica, pero nos hemos encontrado con poca cosa, sinceramente. Hemos visitado una playa de la zona de Malibú, la de Santa Mónica y Venice Beach.


La zona de Malibú nos ha defraudado, personalmente me ha parecido bastante fea. Al final hemos parado en una playa mítica de surf. Había bastante gente en el agua pero pocas olas. Era una playa de lo más normal, vamos, mucho mejor cualquiera de nuestras playas gallegas. Luego, mirando una de nuestras guías, leímos que esta zona está bastante de capa caída y que exceptuando zonas privadas en las que viven los famosos, por supuesto inaccesibles para los mortales, lo demás no merece mucho la pena. Hay que decir que la costa de Malibú es de unas 27 millas, y nosotros solo recorrimos la mitad, quizás la otra mitad sea el paraíso, pero lo dudo.


Santa Mónica… bueno, nos dejó también fríos. Y nunca mejor dicho lo de fríos, porque solo a nosotros nos puede pasar que estemos sufriendo durante todo el viaje un sol rabioso y temperaturas infernales, para llegar a las playas californianas y que esté medio nublado y con un calor más bien escaso. De Santa Mónica lo que hay que destacar es el Santa Mónica Pier, el muelle visto mil y una veces en películas que está en medio de la playa con sus norias y pequeñas atracciones. Esta parte tiene su toque, sobre todo si se aprovecha como nosotros para comer en Buba Gump. Quien haya visto Forrest Gump sabrá también de que va esto, pero básicamente va de gambas. Es un sitio muy bien montado y con detalles graciosos. Hay unos cuantos frames de la película decorando las paredes. Y entre otras cosas la carta está en una pala de ping-pong y en la mesa tienes dos placas que dicen “Run Forrest Run” (Corre Forrest Corre) o “Stop Forrest Stop” (Para Forrest Para) que debes utilizar para que los camareros te hagan caso. Por lo demás, una playa grande. También las tenemos mucho mejores. Y ni rastro de Pamela ni de ningún Vigilante de la Playa conocido.


Y ¿la mítica Venice Beach?, que equivocados íbamos y cuanto nos sorprendimos. Esperamos encontrar allí el glamour de Hollywood, las chicas patinando en biquini… Nada de eso. Venice Beach es una especie de reducto alternativo: hippies, sin techo, supertatuados, miembros de tribus urbanas… Todo lleno de puestos de Tatoos y Piercings, adivinadores, pulseras… y mucho “porro”. El paseo, si se le puede llamar así, al lado de la playa muy descuidado y un arenal muy normal. De ésta aún no tengo una opinión muy clara, porque desde luego es algo que no tenemos allí, pero sorprender desde luego, nos sorprendió. Y de la mítica zona de Muscle Beach... cuatro bancas y poleas oxidadas con culturistas que han vivido tiempos mejores.


A primera hora de la tarde nos pusimos a buscar el motel. Al final un Super 8 que lo mejor que tiene es que te asomas a la ventana y ves un cacho del famoso cartel de Hollywood, pero por lo demás es el peor sitio en el que vamos a dormir de todo el viaje. Me parece que mañana nos cambiamos.


Y tras dejar las cosas y darnos una ducha, con bastante retraso porque el tráfico en esta ciudad es un caos, nos dimos una vuelta por Sunset Boulevard y Hollywood Boulevard – Paseo de la fama. ¿Pues que queréis que os diga? También algo decepcionados. Esperábamos encontrarnos un Paseo de la fama en medio de una tremenda avenida lujosa y, no es más que una calle bastante sosa que podríamos encontrar en cualquier ciudad del mundo. El único tramo un poco más atractivo es el que pasa por el Kodak Theatre, teatro en el que se celebran los Óscar, que tiene a mayores un centro comercial bastante grande y un par de teatros al lado. Hicimos fotos con unas cuantas estrellas del suelo y en alguna de las huellas que se encuentran en frente de Grauman’s Chinese Theatre, que por cierto creo que les salen bastante caras a los famosos que las plantan allí. En la zona más concurrida alguno buscándose unos dólares disfrazados de héroes o personajes del cine.


Sunset Boulevard tiene algo más de chispa, tampoco nada del otro mundo, con sus tiendas de música y algunos locales bien montados, a parte de las míticas palmeras gigantes, que por cierto están bastante resecas. Aunque aún nos queda bastante calle por descubrir.


Como podréis ver, de momento Los Ángeles no nos está encantando, pero durante todo el día de mañana le daremos otra oportunidad.

Vídeos:

Wigwam Motel

Álbum del día (hay 2 páginas)


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